Tiempo
‘No sé cómo robarle tiempo al tiempo…’ cantaba Café Quijano. Llevo varias semanas dándome cuenta de lo rápido que pasan los minutos. Y ahora entiendo por qué Los Panchos cantaban ‘reloj no marques las horas porque voy a enloquecer’. Los Panchos siempre me recordarán a mi abuela, y alucino que haya pasado tanto tiempo de esos paseos en su BMW cantando todos los nietos a todo volumen. Precisamente, con los más pequeños en casa, me he dado cuenta aún más de todo esto. Se me caen las lagrimas al pensar que el pequeño Mateo ya no será igual que en mis recuerdos cuando lo era -el drama corre por mis venas-. Solo en un mes era otro bebé. Cuento también los días para verle de nuevo, porque esa sonrisa que te saca no se olvida ni con todo el tiempo el mundo.
Alucino que ya estemos en verano de nuevo, que haya pasado el mes de junio. Me parece una eternidad y ya han pasado cuatro semanas desde ese día que desperté en Alicante y cerré la noche con Luz Casal y su concierto privado en el Museo Thyssen. No le cantó al tiempo, pero nos trasladó a otro universo con su voz.
Y aquí estamos otro verano más en el calendario, otra temporada estival que pasará rápido, como los días de Mateo, porque en el verano contamos los fines de semana y los marcamos en negro… y el invierno pasa lento como el aburrimiento, y no como ese amor alocado de Los Panchos. El verano es esa noche de amor que no quieres que pase nunca. El invierno… es el letargo hasta que suceda de nuevo.
Mientras tanto: escachar a Café Quijano, a Los Panchos, exprimir el verano a tope, sacar billetes para ver a Mateo… y olvidarse del reloj. Para que no te deje marca y te recuerde que septiembre, porque el tiempo es así, está a la vuelta de la esquina.
Cinco minutos bastan para soñar toda una vida,
así de relativo es el tiempo.
Mario Benedetti
Una foto en el faro, hace unos días.
PD: Escribí esto el 8 de julio, y como lo dejé en borrador he pensado, ¿pero por qué no lo he publicado hasta ahora? Hablando de tiempo… Dos meses sin newsletter, ¿cómo es posible? Os prometo que voy a volver a tope pronto.
Para que hables en el próximo Guateque…
El restaurante: No me entusiasmó la comida, pero el restaurante en el faro del Cap d’Artrutx, en Menorca, tenía un aire especial.
El libro: He empezado ‘El palazzo inacabado’ de Judith Mackrell y me está gustando. Se ambienta en Venecia.
La canción: Muy fuerte que llevo dos semanas o más cantando ‘Cuándo zarpa el amor’ de Camela… ¿Es o no es un temazo?
(Porque ya sabes que en los guateques se habla de muchas cosas).