Estamos a 1 de septiembre, aunque esto lo leerás un lunes… Porque empieza un nuevo curso y me he comprometido a escribir de nuevo. He reflexionado este mes de agosto y lo que más me gusta del mundo es escribir. “Escribe más” me decía mi madre hace dos días, a las 8 de la tarde en la playa. Y tiene razón, tengo que hacerlo. Y aquí estoy.
Agosto ha sido un mes precioso de pequeños placeres. Porque al final la vida es eso, momentos en el día que configuran la jornada y que te hacen feliz. Agosto ha estado cargado de ellos. Leer en una hamaca de un precioso hotel en Menorca -Son Vell, que joya de lugar a 20 minutos de Ciutadella-, montar en bicicleta a la luz del atardecer, paseos en moto o disfrutar de una cena con amigos. Ir al Museo Sorolla una tarde de verano, pasar un día de playa en Cartagena, o quedarme extasiada por la exhuberante vegetación de Medellín que veía desde el autobús.
He sido feliz cenando una pasta con marisco riquísima, y paseando por la epatante Cartagena y editando un video precioso de mi viaje. He sido feliz viendo a una pareja casarse, y desayunando sobrasada en el patio de la casa de mis suegros, y poniéndome guapa para salir. Me ha encantado bailar al ritmo de los Gipsy Kings, y que me digan “qué bien escribes”. Ha estado genial pasar un día de no hacer nada, y terminar ‘Cien años de soledad’ y tener la inmensa suerte de cenar viendo el mar… O con los pies en la arena.
Han sido estupendos los días en familia, y con amigos… Y con él. Días con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero todos ellos con sus atardeceres bonitos. Qué suerte tenemos que la naturaleza nos da un atardecer, todos los días, de regalo. Me di cuenta de ello en el Eje Cafetero, cuando por fin pudimos ver el sol después de dos días escondiéndose entre las nubes.
Mi padre el otro día recordó esta frase de John Lennon que dice “la vida es aquello que pasa mientras hacemos otros planes”. Los pequeños placeres son esas pequeñas cosas… Que le dan a la vida sentido. Este septiembre llego con un brillo especial, será que este nuevo curso -intuyo- vendrá lleno de pequeños placeres y momentos bonitos. Y planes. En lo personal y en lo profesional. Y si no, siempre nos quedarán los atardeceres.
Un casi atardecer el otro día en Huelva…
Para que hables en el próximo Guateque…
El viaje: Colombia me ha robado el corazón y es un viaje que os recomiendo encarecidamente.
El libro: Me acabé ‘Cien años de soledad’ de Gabriel García Márquez. Mi amiga Cristina me dijo que me costaría, pero que si lo acababa, sería de Gabo para siempre. Tenía razón.
La frase: Es muy manida pero me gustó que mi padre recordara esta frase del ex Beatle: “La vida es eso que pasa mientras estás haciendo otros planes”. Haz buenos planes entonces.
(Porque ya sabes que en los guateques se habla de muchas cosas).