Qué suerte tengo
Mi reencuentro con París ha sido como cuando te has encuentras a un ex por Ponzano y no sientes nada. Fue extraño. No pisaba la Ciudad del Amor desde el 2017 y no sentí cosquillas en el estómago, cuando cuando veo ‘Uscita’ en el aeropuerto Roma-Fiumicino y me siento como en casa. Será eso, que estoy acostumbrada a mi visita a otros lugares, y a esa sensación de mariposas, y poner un pie en París me dejó fría. Como si hubiera pasado delante de un escaparate -es que es un poco escaparte, ¿no?-. Ya lo dice la canción… Paris sera tojours Paris.
Aún así he sido consciente de la suerte que tengo de viajar a la capital de Francia por trabajo, de dormir en un hotel increíble firmado por Philipp Starck, de ver las chispitas de la Torre Eiffel un lunes cualquiera, de observarla desde los clásicos tejados en una terraza con gallinas y de hacer mi sección de radio en una habitación preciosa en pleno Le Marais. Conforme hacía mi sección, y hablaba en voz alto, era consciente de todo lo que tenía a mi alrededor. Me encantó acabar la radio diciendo: “Qué suerte tengo”.
Me pasa que cuando hablo en voz de alta de lo que me pasa, de mi vida, de mí… Soy consciente de muchas cosas. Me pasa lo mismo con mi boda. Cuando alguien me pregunta, y yo contesto con algún detalle, sonrío en mi interior por lo que se avecina el año que viene. Cuando digo que estoy en París, que me he quedado abrumada con la Ópera Garnier y que frente a mis ojos tengo mil fachadas de estilo Haussmann, es cuando digo: “Qué suerte tengo”.
Pues eso. Está todo bien, el 2023 acaba con un balance positivo, acabo de llegar de cenar con Mr.A un domingo cualquiera, escribo esta newsletter con el corazón contento, la Navidad se avecina y el 2024 está por llegar. Quizá utilizo esta estrategia el próximo 31 para brindar por el año que casi acaba. Habla en voz alta, escribe a tus amigos, cuenta tus cosas. Date cuenta de la suerte que tienes. Somos unos afortunados.
Hace una semana estaba en París.
Para que hables en el próximo Guateque…
El hotel: Fui a conocer Brach, en París. Pero yo sueño con dormir aquí, en este hotel en plena Plaza de los Vosgos.
La exposición: Tuve la suerte de visitar la maravillosa Fundación Azzedine Alaïa. El diseñador tiene una maravillosa colección de moda de multitud de firmas. Ya en los 60 empezó a comprar prendas de Balenciaga cuando no era ni diseñador. Ahora se puede visitar incluso su atelier, que está tal cual él lo dejó.
La canción: Está claro, ¿no? Me encanta la versión de Zaz.
Paris sera toujours Paris!
La plus belle ville du monde
Malgré l'obscurité profonde
Son éclat ne peut être assombri
Paris sera toujours Paris!
Plus on réduit son éclairage
Plus on voit briller son courage
Sa bonne humeur et son esprit
Paris sera toujours Paris!
(Porque ya sabes que en los guateques se hablan de muchas cosas).