Primera vez
Esta semana he tomado zumo de tomate por primera vez y me ha encantado. La semana pasada me montaba en Iryo por primera vez, e iba por vez primera… En primera. Mucho mejor que en turista, donde va a parar. Trabajar con cacahuetes, chocolate y vagón en silencio, ¿no es una buena oficina? He leído a Isabel Allende por primera vez -y me ha encantado-, nunca antes me había montado en la planta alta de Ouigo. Desde lo alto todo se ve mejor. También he estrenado una falda vaquera larga por vez primera -mi madre, dice, tenía una igual de joven-, he ido a merendar a Eva -y nos hemos vuelto a hacer amigas-, y no lo habíamos hecho previamente.
También fue mi vez primera cenando en Gresca -y ahora quiero ir al del Santo Mauro - o durmiendo en Paseo de Gracia -lo que hace que tenga más ganas de vivir en Barcelona-. Pero también ha sido la primera vez, en mucho tiempo, que me siento en un maravilloso equilibrio -¡y qué maravilla!-. Ha sido mi primer desayuno del año en la terraza -y ya tengo colorcito- , mi primer guiso de atún con tomate -qué rico estaba-, me he puesto mis primeros Levi’s 501, será mi primera vez en Israel -qué ganas tengo, celebraré allí mi cumpleaños-.
Y todo esto para darme cuenta de que la vida siempre te sorprende con primeras veces, a pesar de la edad, a pesar de los años, a pesar de que nos creemos que nos sabemos todo. Es como sentirse niña de nuevo. Ser consciente de las primeras veces, tomarse las cosas con más calma, nos hace paladear todo más. Porque como la primera vez, no hay ninguna.
Me he vuelto una adicta al zumo de tomate, aquí tengo un vaso en la mano, y voy camino de terminar el segundo libro en dos semanas. Nunca había leído tanto -¿quizás alguno de mis últimos veranos con dos meses de vacaciones?- y me encanta. Ya ves, si es que siempre hay -y siempre habrá- una primera vez para todo.
Como dice Gloria Fuertes…
La gente corre tanto
porque no sabe dónde va,
el que sabe dónde va,
va despacio
para paladear
el “ir llegando”
El domingo por la mañana, cuando acabé el libro de Isabel Allende…
Para que hables en el próximo Guateque…
El libro: El libro que me leí en el Ouigo Barcelona-Madrid fue ‘Violeta’, de Isabel Allende, y me gustó.
El restaurante: En Gresca disfruté mucho, sobre todo por la compañía, y me parece un buen lugar en el que reservar si vas a la Ciudad Condal. Imprescindible el bikini.
La canción: Cenando en Zíngara, un restaurante de las Salesas, pillé esta canción. Siempre voy con el Shazham encendido captando las canciones que suenan. No sabéis la de canciones que descubro. Se llama Les Mots Bleus, de Johan Papaconstantino.
(Porque ya sabes que en los guateques se habla de muchas cosas).
Acuérdate de compartir la newsletter, y si quieres escribirme, estoy disponible. Siempre leo los correos.