Hace unas semanas, hablando con mi amiga Cristina Pato -fundadora de @desupadreydesumadre- dijimos esto: “Fue tan normal que fue cool” hablando sobre algo que nos había sucedido el día anterior. Realmente yo dije ‘guay’, pero siempre una cursiva queda más bonita en un texto. ¿Veis? Qué manía de aderezar una frase que está bien de primeras.
Ser consciente de la sofisticación de lo normal se ha sucedido de manera reiterada en los últimos días con cosas, precisamente, mundanas. Fui al cine después de dos años y volví a casa con las manos enguarrinadas en sal de las palomitas. Fue tan normal que fue cool. Podía estar en una inauguración, tomando un cóctel en el bar de moda. Pero yo solo quería ver una película con mi sudadera en un cine de la calle Fuencarral.
Lo que no fue normal, pero fue cool, fue poder visitar la exposición ‘Picasso y Chanel’ con una copa de vino. Hablando con la pintora Teresa J.Cuevas, que también estaba invitada, llegamos a la misma conclusión en una breve conversación de apenas unas pocas palabras: a veces lo normal es extraordinario. Porque cuando todo se edulcora con copas en piscinas infinitas, con vistas de ensueño y hoteles de revista… Apetece tomarse un Rioja en una barra metálica con unas patatas bravas con palillos. Ya habrá otro momento para el anticucho de panceta, char siu, ajíes encurtidos y spicy mayo. Cuando solo tienes tiempo para lo excepcional, lo normal se vuelve precisamente extraordinario.
Me hace gracia porque en el momento que hablaba con mi amiga Cristina, leía ‘Agua y Jabón’ de Marta D. Riezu. ¿Qué es la elegancia? Le preguntaron a Cecil Beaton. ‘Agua y jabón’ respondió el fotógrafo. De esto habla precisamente el libro. Apunté algunas frases que hacían referencia a la elegancia doméstica: “El comportamiento ejemplar de las cerillas: baratas, rápidas, cumplidoras”. O “un lápiz al que se acaba de sacar punta, orgullosísimo”. Touché.
“¿Qué es la elegancia? Le preguntaron al fotógrafo Cecil Beaton. “Agua y jabón”.
¿Por qué últimamente no le damos valor a lo sencillo? A lo normal. Será que a veces lo normal no es instagrameable. Y sin embargo, hasta hace más cosquillitas en el alma. ¿No?
Fotografía en Carnota, el pasado viernes, en Galicia. Una comida en una cofradía de pescadores con estas vistas. El mar, tan normal… Y tan maravilloso.
Para que hables en el próximo Guateque…
El restaurante: el anticucho de panceta, char siu, ajíes encurtidos y spicy mayo lo puedes probar en el último restaurante que han abierto en Las Salesas, en Madrid. Llama Inn se llama -valga la redundancia- y viene desde Nueva York.
La canción: llevo cantándola desde que la descubrí en Menorca por casualidad. ‘Para que sepas’ de Juan Luis Guerra. La bailo y la canto en la cocina.
La exposición: la he mencionado antes. Merece la pena. Picasso y Chanel fueron dos grandes genios, seguro que sale en las conversaciones de la próxima fiesta a la que vayas…
(Porque ya sabes que en los guateques se hablan de muchas cosas).
Paloma me ha encantado 🥰 que sigas escribiendo tan bonito ✨besitos desde el sur de Francia ☺️
Estoy orgullosísima de ti, Palito. Me he quedado embelesada ante tus palabras ❤️. So proud of you.
Muy pendiente a tu próxima publicación!!
Love you,
MM