Como cantaba
Llevo un mes en una especie de valle. Yo que pensaba que la felicidad plena era una montaña rusa, y me veo caminando por la vida sin pausa pero sin prisa, como cantaba Melendi. Vivo la vida poc a poc, me levanto por las mañanas con una sonrisa, celebro cada minuto como si hubiera de desayunar tortilla. Las semanas me huelen a café a las 8, a rosas, a jazmín, la vida me sabe buena. Estoy viviendo sensaciones que nunca había experimentado, voy caminando en un valle precioso y tengo unas vistas estupendas.
Tengo el corazón contento, como cantaba Marisol. Tengo el corazón lleno de farolillos, pero me siento como en ese momento en el que entra el primer sorbo de rebujito y te sientes tan agustito, como cantaba Ketama. No estoy en ese momento en el que suena mi sevillana favorita, estoy en el momento previo. Cuando la bebida hace cosquillitas en la tripa y te saca una sonrisa, y estás con tus amigos y todo está bien. Pero no estás en lo alto de la montaña, estás en el valle. No te has subido a las alpargatas, estás descalza. Pero no se te quitan las ganas de bailar.
Qué raro es ponerle nombre a estas sensaciones nuevas, en las que el filtro plenitud lo ha llenado todo de color de rosa, como cantaba Edith Piaf. Pero qué maravilla es cuando te sientes así, cuando la vida te sabe a pincho de tortilla. Y yo que pensaba que la felicidad era la euforia, y la felicidad es darte cuenta de que está todo bien. Si al final, si en realidad lo importante es lo que llevas el bolsillo del traje de gitana. Un pintalabios para retocar la felicidad, un móvil para captar los momentos y poco más. Lo de más, lo mejor, está fuera.
He de confesar que los valles no me inspiran tanto, a pesar de los paisajes bellos. Son las turbulencias de las montañas y el olor a café quemado lo que me retuerce el corazón y hace que saque lo de dentro. Quizá por eso no escribo tanto. Pero qué bien se siente así. Es mejor la risa que el llanto.
¡Bienvenida sea la risa
que deja alegría por donde pisa!
¡Que venga la risa
y su prima la sonrisa!
Reír es como si como
(alimenta más que el lomo).
Hay que reír cada hora
(lo receta servidora).
¡Ay qué risa, tía Felisa,
se vuela la camisa!
(La risa es muy buena para el pecho.)
Quien va sonriendo, va mejor que en coche;
quien ríe de día, duerme bien de noche.
Siempre Gloria Fuertes.
Los farolillos de la Feria de Córdoba.
Para que hables en el próximo Guateque…
El destino: Tienes que ir a la feria, al menos una vez en la vida. La vida con farolillos se vive mucho mejor.
El libro: Llevo atasco de libros pero el otro día me regalaron ‘Los incomprendidos’, del periodista Pedro Simón y tiene muy buena pinta.
La canción: Me gusta saborea', las cosas más pequeñitas, las cosas más chiquititas… Es mi filosofía de vida últimamente.
PD: Elena, te dedico la newsletter :)
(Porque ya sabes que en los guateques se habla de muchas cosas).