Chéchere
Soy muy desordenada. He de reconocerlo, soy una persona con tantas cosas en la cabeza y en mi vida, y tan poco espacio, que acabo desordenando todo. Por muchas razones: porque me ducho a horas intempestivas y ya no puedo guardar la ropa. Porque no tengo el espacio suficiente para que quede todo colocado. Porque a veces estoy tan cansada que me cuesta. Porque me cuesta. Pero sobre todo porque voy derrapando por la vida. Son excusas… pero es la verdad. Aunque mi madre diga lo contrario. Por eso me encuentro pendientes, potingues y cosas random en mis bolsos, en cajones y en las esquinas. Por eso hace dos semanas que no encuentro mis Airpods y estoy en un sinvivir.
Lo peor es que lo que está más perdido en mi vida soy yo misma. He de reconocerlo: la crisis de los 30 me ha dado fuerte. “La vida es eso que pasa mientras tú haces otros planes”, decía supuestamente John Lennon. La vida es eso que pasa mientras te trastoca todo lo que querías hacer.
“La vida es eso qué pasa mientras tú estás haciendo otros planes”, John Lennon dixit.
He tenido la suerte de que mi esfuerzo durante todos estos años se ha visto recompensado de alguna manera. No he tenido que buscar proyectos en estos años, siempre me han encontrado. Me han encontrado en el amor. Me han encontrado las cosas buenas. Aunque haya habido momentos en los que me he sentido como esos pendientes que están tirados en un bolso durante semanas, he tenido la inmensa fortuna de que en algún momento, han salido a relucir. Pero ahora, no sé por qué, siento que estoy un algo perdida, como mis Airpods, que anhelo encontrar profundamente porque hay pocas cosas que me hagan más feliz que encerrarme en el baño a bailar, escuchar podcasts mientras camino y perderme -de nuevo- en mi universo musical.
Espero encontrarme del todo en este 2023, sí, pero espero toparme con mis auriculares antes de que acabe el año. Lo peor es que después de esta newsletter mi madre me echará la bronca por whatsapp -ya me estoy imaginando el mensaje- y Mr. A me recordará por qué me llama, cariñosamente, “Trasto”. Trass, para los amigos.
Justo he empezado a escuchar un podcast que me ha recomendado mi amiga Benedetta -sin auriculares, claro- y la chica ha utilizado una palabra que he apuntado en mi bloc y que he buscado en Google: chéchere. Me ha encantado. Casualmente un chéchere es un trasto, y es una palabra que se utiliza en países como Colombia, Costa Rica y Venezuela. Me he sentido identificada por razones obvias. En definitiva: soy un chéchere que busca su hueco en la estantería. Soy una persona que ha llegado a los 30 y que no sabe muy bien qué hacer con su vida. Un poco sí, pero siento que no fluyo como antes. Que algo pasa que no me encuentro. Que no sé muy bien cuál es mi camino. La incertidumbre. Porque ay… Esa sensación de falso éxito que se genera en redes sociales me pone nerviosa. Porque no, porque parece que lo tengo muy claro y que tengo una estrategia detrás, pero confesaré que estoy en proceso de ordenar mis cosas. Y ordenarme un poco a mí misma.
Me consuela pensar que llegamos a los 30 siendo, casi todos, un cajón desastre. Mal de muchos consuelo de tontos, le he dicho a la escritora Alejandra Parejo, hablando esta mañana por Instagram. Que no vivimos en los boyantes 90, cuando nacimos, que las cosas están complicadas y que nuestra vida no es como en Friends… Ni como en Sexo en Nueva York. Que los 40 son los nuevos 30, y que los 30, al fin y al cabo, son una etapa preciosa que sirven para ordenarte tú y tus prioridades. Y que llegar con el cajón arreglado se hace en esta década y no al revés. Creo que por Navidad voy a pedir(me) un poco de orden en casa… Y vamos viendo. A ver si Mr. A en 2023 me cambia el apodo.
Carrie Bradshaw <3
Para que hables en el próximo Guateque…
La colaboración: Hablando de Sexo en Nueva York -quien me conoce sabe que es mi serie favorita-, Fendi ha lanzado un Baguette en colaboración con Sarah Jessica Parker… Y Carrie Bradshaw. Carrie era escritora, no periodista de moda, pero ya sabemos que fue, es y será un auténtico icono de estilo. Te lo cuento aquí.
El restaurante: En algunos restaurantes me pierdo con la carta… En otros, voy a tiro hecho y sé lo que quiero. El viernes tuve la cena de Navidad con mis amigos del colegio y había reservado en Mercato Ballaró, mi italiano favorito. Recordé por qué me gustan tanto sus linguini a la carbonara y espárragos verdes.
La canción: ‘(You Don’t Know’) How Glad I Am’ de Nancy Wilson. Es la canción con la que acaba el documental de ‘Harry y Meghan’. Tengo sentimientos encontrados con el mismo, pero me encantan las historias de amor… Y lloré con esta canción.
(Porque ya sabes que en los guateques se hablan de muchas cosas).
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